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A pesar de todo, encontrar entusiasmo

Este año sigue siendo difícil. Creo que para todxs, y en muchos planos al mismo tiempo: económico, social, político y emocional. Cuesta ver hacia dónde vamos, visualizar el futuro con tanto ruido.

No quiero hablar de política ni generar enfrentamientos, porque siento que gran parte de lo que estamos viviendo tiene que ver con eso mismo: con la necesidad de posicionarnos en pensamientos enfrentados, y la dificultad de reunirnos desde lo que compartimos.


En este contexto de tanto, apareció algo inesperado para mí: el tiempo.


Después de 10 años de movimiento efervescente con Gringa —producción, metros y metros de tela cortada, paquetes despachados, logística reinventada día a día— y sumado a la maternidad, hoy me encuentro con una pausa.

Y esa pausa, lo cambia todo.


Este 2025 no acompaña ese ritmo feroz, al contrario: lo frena, lo desacelera. Las reglas del juego cambiaron, el consumo también. Hay que reformularse y volver a barajar.

Desde Gringa esa claridad está, pero también necesito volver a mí para poder transformar.

Con la producción más lenta, apareció el tiempo libre. Y lo estoy usando para re-conectar conmigo. Volver a ponerme en primer plano. Juana ya tiene ocho, y está en un nuevo ciclo donde ya no me necesita tanto como antes. Hoy nos acompañamos desde otro lugar. Charlas en el auto, revisar juntas el cuaderno, compartir una peli, dibujar... en fin, acompañarnos.

En ese espacio me animé, finalmente, a anotarme en un taller de pintura con una artista que admiro muchísimo: @tallereltoni. No sé por qué no me lo permitía antes. Haber cruzado esa pared me encuentra hoy disfrutándolo muchísimo, en un espacio donde el control queda afuera, y donde el encuentro con otrxs vuelve a tener sentido.


Mientras escribía esto, me llegó un mensaje de mi amiga Carolo con una canción. No podría haber llegado en mejor momento y necesito dejarla acá registrada.


29 de mayo. Llegó el frío. Y con él, mi estación favorita. No sé si será por cangreja, pero amo esta época: caminar bajo el sol frío, las hojas amarillas, el primer mate, prender el horno, llenar de flores frescas la casa, abrigarme con un sweater suave. El invierno es un entusiasmo para mí.

Y pienso: qué lindo es vivir entusiasmada. Y qué privilegio también.


Pintar se volvió un prisma que atraviesa mis días. A veces camino y me descubro buscando colores, sombras, luces, imaginando cómo los pintaría y con qué colores armaría ese color.

Debo decir que en mi cabeza siempre parece más fácil que en la práctica… pero igual me sorprendo con cada cosa que hago. Y con eso, me alcanza.

Tal vez por estar tan metida en esto, me alejé un poco de las redes. No tengo tantas ganas de mostrar. La escritura, en cambio, se volvió una aliada. No sé si alguien lee hasta acá. Pero si querés dejarme un comentario, me encantaría saberlo.



Nuevos entusiasmos en Gringa


Otro cambio de este año fue empezar a participar en la feria mensual de @enlafabrica_. Un lugar encantador: una antigua fábrica de camisas, llena de muebles, estanterías, máquinas, escuadras… todo transmite el romance con ese oficio. Y lo más especial: la familia Otero, que abre sus puertas con tanta generosidad y le da a todo un aire todavía más poético.

Pienso mucho en lo importante que es rodearnos de personas que nos tocan una fibra, que sensibilizan, que nos inspiran. Vuelvo a esa idea: la reunión.

En esa feria comparto espacio con DAM Boutique y Lindor, Caro, Luli y Leo que fueron clave en la historia de Gringa (pueden encontrarlas en ésta entrada). Pienso de nuevo: los ciclos, el tiempo y la coincidencia? de volver a encontrarse.


Si querés agendar la próxima es el Sábado12 de Julio, de 11 a 19 h @enlafabrica_.


Y en esta misma quietud también estamos desarrollando una línea de trajes de baño para niñes. Es algo que me entusiasma y, a la vez, me da un poco de miedo. Porque es una apuesta económica en un contexto complejo.

Pero también es una forma de llegar a más Gringas. Me emociona imaginar a niñas disfrutando el verano con una enteriza que hicimos con tanto amor.

Y por primera vez, se viene una estampa que no tiene flores. Tiene una naranja que pinté hace un tiempo, en el taller de color con Lucilismo.Ese ejercicio fue el disparador de la colección que se viene este verano.



Este texto terminó siendo un popurrí.Una huella de lo que está siendo este año: más slow que nunca, pero buscando una nueva visión.

Estoy intentando inventar el futuro de Gringa. Y eso, también es entusiasmo.


Gracias si llegaste hasta acá.Y si tenés ganas de dejar una idea, emoción o simplemente saludar, este espacio también es tuyo. 💌


PD: Les comparto algunos podcasts que estoy escuchando y me encantan:



 
 
 

1 comentário


manuela_82
hace un día

La pausa, me parece a mi, que es la única manera de observar y observarnos. De ver que pasa, de vivir más presentes en este presente. La pausa como oportunidad. Te regalo un fragmento de “El libro de los abrazos” del gran maestro Galeano: “...Cada promesa es una amenaza; cada pérdida, un encuentro. De los miedos nacen los corajes; y de las dudas, las certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios, otra razón. Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos...”

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